E
l mundo del fútbol está repleto de bellas historias, y son algunas de estas que llegan a ser tan increíble que trascienden con un mensaje positivo a la sociedad. Jorge Pinos, el arquero que nos hizo pasar varios sustos por su atrevido juego de pies, contó para diario Extra el camino que le tocó recorrer para llegar a jugar profesionalmente.
Jorge Pinos nació el 3 de octubre de 1989 en Quevedo, provincia de Los Ríos. Desde joven estuvo vinculado al fútbol siendo un destacado arquero lo que le permitió tener un paso por las juveniles del 'Ídolo' en 2007 y fichando definitivamente como tercer arquero de Barcelona SC en el 2012.
Todo parecía marchar bien para Pinos que esperó paciente su oportunidad bajo los palos en el cuadro 'torero', pero esas oportunidades no llegaban y el golero tuvo que salir a buscar su futuro en las categorías de ascenso del fútbol ecuatoriano.
Hasta ese momento el arquero estaba siempre vinculado al fútbol, pero en 2016 su vida iba a dar un giro drástico que lo llevó a contar esta historia tan inspiradora que tenemos ahora.
El arquero fue contactado por un grupo de supuestos empresarios que le iban a tramitar su fichaje al fútbol de Hungría, pero todo quedó en una estafa. Jorge Pinos pasó inactivo en una pequeña ciudad de Brasil a la espera de alguna noticia de sus representantes, y mientras eso pasaba se quedó sin actividad y económicamente arruinado.
Y para colmo sucedió lo del terremoto que azotó Manabí en el 2016, y en ese momento es cuando decide retornar a Ecuador para empezar desde cero haciendo cualquier oficio con el fin de mantener a su familia y dar una mano a sus cercanos tras el grave desastre natural.
"Me dijeron que iba a jugar en Hungría, pero me pasaron muchas cosas. Antes de ir a Europa debía de estar en Brasil, una estadía por el tema de la visa, pero pasó todo al revés. Pasaron tres meses y estaba en la ciudad de Jacarezinho (una ciudad pequeña del estado de Paraná) y nunca se dio nada y volví. Cuando se dio lo del terremoto del 2016 mi familia estaba en Manta, y debía ganarme la vida. Me tocó hacer de chófer y mirar de lejos el fútbol. Lo de conducir era la única opción que tuve allá. Eso fue durante un mes. A veces lloraba de impotencia porque no estaba jugando. La familia me decía que confíe en Dios", recuerda el actual arquero de Independiente del Valle.
Ya alejado totalmente del fútbol, Pinos decidió con su familia volver a Quevedo y hacer cualquier trabajo para poder sustentarse; así es como llegó a vender mangos en un circo de la ciudad y hacer de chófer para el dueño del negocio.
"Decidimos volver a Quevedo por todo lo que estaba pasando en Manabí. Y Dios pone gente en el camino, por medio de un amigo llegué donde Leonardo Loor, dueño del circo Los Pelusas, quien me dio trabajo. Me tocaba manejar el carro y recorrimos varias ciudades. Mi esposa me ayudaba mucho, ella en el entretiempo de las funciones pelaba mangos. Me tocó hacer eso, debido a que ya estaba cerrado el libro de pases (en el fútbol nacional)", rememora el golero.
Así fue como Pinos se ganaba el día a día con su esposa que nunca lo dejó de apoyar y siempre creyó a base de trabajo que el futuro iba a traer las recompensas sembradas en ese tiempo. Después de cinco meses en esta labor, el guardameeta cuenta que trabajó en el bar de la escuela de su hijo.
"Con mi esposa Carmen Castro también nos tocó atender el bar de la escuela Capitán Moroni, donde estudiaba mi hijo Isaías, esto lo hacía de lunes a jueves. ¿Y cómo vuelve al fútbol? En el 2017 el mismo dueño del circo me lleva a Santa Rita (serie B), me dijeron que me podían pagar algo de dinero, no era tanto, pero yo quería volver a jugar. Y tuve una buena campaña que me sirvió para llegar a Técnico Universitario en el 2018 y debutar en el fútbol profesional. Luego pasé al Independiente del Valle", menciona Pinos sobre el veloz ascenso que tuvo su carrera en el fútbol.
De esta manera Pinos llegó a cumplir su sueño de debutar en el fútbol profesional, pero eso no significaba el final del camino, sino el inicio de uno nuevo. El golero se propuso metas que le han llevado a fichar por Independiente del Valle y quitarle el puesto a Hamilton Piedra, quien era el arquero con mayor proyección del fútbol ecuatoriano y el fichaje estrella del club.
Su momento cumbre llegó en la semifinal de la Copa Sudamericana con el Corinthians con los ojos de América puesto en el partido. Por eso para él no producto de los nervios la infartante jugada donde regateó a un delantero en la línea de gol, porque para este quevedeño la prueba más difícil ya había pasado, y ahora está a 90 minutos de hacer historia y consagrarse como el arquero campeón de América.
"Todos tienen que luchar por el sueño que tengan. Se lo dice alguien que ha luchado de verdad. Mientras tengan vida y la bendición de Dios todo se va a lograr. Están cerca de llegar a la final. Es la meta que buscamos con Independiente, la verdad es que queremos darle un título a Ecuador. Ahora con estadio lleno y las cámaras de televisión sobre Pinos", concluyó la entrevista.