P
ara empezar, debo confesar que nunca he visto jugar a Jeremy Sarmiento, el joven futbolista de origen ecuatoriano que está a punto de fichar por el Manchester City. Pero el hecho de no verlo nunca patear un balón y ver como se desenvuelve en los terrenos de juego, no me impide entender la realidad de porqué este jovencito es seguido de cerca por los mejores equipos del fútbol inglés.
Los que sí parecen que están ciegos son los técnicos de las divisiones inferiores de la FEF que destruyeron el sueño de vestir la camiseta de la selección ecuatoriana a la nueva joya del fútbol inglés, diciéndole que habían "tres jugadores de su edad por encima de él". El ridículo no pudo ser mayor, Sarmiento decepcionado se marchó a la selección de Inglaterra, su segunda casa, y brilló en un torneo de UEFA donde se consagró campeón.
Pero lo más patético no fue solamente negar las cualidades futbolísticas de este joven ecuatoriano, sino el trato desfavorable e inmerecido que recibió por parte de la coordinación de las divisiones inferiores. "Me dijeron que ‘si él quiere venir a Ecuador, que venga como pueda; la FEF no tiene plata’, y dije ‘no hay problema’. Bueno, fue a Guayaquil y no habían cámaras ni datos estadísticos a la hora de entrenar”, contó decepcionado el agente del futbolistas hace 3 meses.
No es por pensar mal, pero esta clase de decisiones alimenta los rumores en torno al fútbol nacional de que únicamente se juega si se tiene "padrinos" dentro de las distintas instituciones. Pero bueno, esa es otra historia para contar.
Pero la historia de Sarmiento no termina aquí, la explosión del jugador no fue cuestión de un solo día o de un solo campeonato. El joven jugador no se dejó vencer por la gran decepción de que ciertos incapaces le impidieron jugar con la camiseta de sus sueños, sino que regresó a su club y se coronó campeón nacional sub-18 de Inglaterra; además de jugar algunos partidos con el equipo sub-23, todo esto con solo 15 años de edad.
Fruto del buen desempeño, varios portales deportivos de Inglaterra lo catalogaron como uno de los jugadores más prometedores del país, alabando sus cualidades futbolísticas y su rápido progreso que le ha llevado a disputar partidos en divisiones superiores para su edad.
El Manchester City cuenta con la red de ojeadores y reclutadores más poderosa de Inglaterra, gente que de verdad trabaja y sigue de cerca a las verdaderas joyas, y estos han acumulado informes bastante positivos sobre las cualidades del futbolista de origen ecuatoriano. El club lo ha evaluado y está dispuesto a pagar 7 millones de euros, una cifra récord para un jugador de su edad. Algo deben haber visto estas personas para querer pagar tanto dinero por él.
El traspaso de Sarmiento al campeón de la Premier League es casi un hecho y el futbolista tendrá la oportunidad de desarrollarse con los mejores técnicos del mundo, y ser vigilado de cerca por un tal Pep Guardiola. ¡Quién lo diría! De ser ninguneado y menospreciado en su país a ser observado en primera persona por uno de los mejores entrenadores de todos los tiempos.
Suena paradójico, pero en realidad da resignación ver cómo se maneja la institución que tiene como deber manejar el fútbol ecuatoriano. El caso Sarmiento ha dejado retratada nuevamente a quienes dirigen la FEF, que vuelven a demostrar que no están capacitados para ocupar dichos cargos y que sus errores pueden ser perjudiciales a largo plazo para el desarrollo de nuestro fútbol.
Solo el tiempo dará la razón, pero si es que Jeremy Sarmiento se convierte en un jugador consagrado, ojalá no guarde rencor al país que le cerró las puertas y pueda seguir teniendo ese sueño de vestir la camiseta de la 'Tri', ese deseo que unos pocos impresentables se han encargado de despojarlo a sus 15 años.
¿Ya ven que no es casualidad que ahora seamos la peor selección de Sudamérica?