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e terminó el sueño de ser campeones del Mundo. Corea del Sur acabó con la ilusión de un país entero que esperaba ver a su selección juvenil levantar el sábado el trofeo. La 'MiniTri' jugó mejor que su rival, pero una distracción y la falta de gol le terminó condenando a jugar el tercer puesto.
Célico salió con el '11' titular de gala. La disposición táctica de los asiáticos complicó desde el minuto 1 a la 'tricolor'. Los circuitos de juego fueron desconectados, y no habían llegadas claras a gol. Además, los coreanos se dedicaron a perder tiempo y eso desesperó a un equipo que está dispuesto a jugar.
El partido estaba disputado en el primer tiempo, cuando en un tiro libre aparentemente inofensivo llegó el gol que decidió todo. Una 'viveza' de los asiáticos que sacaron rápido la pelota parada, cogió desarmada a la defensa de Ecuador que vio como de repente Choi Jun se plantó en el área para definir.
Campana tuvo la chance justo antes del gol de los coreanos con una hermosa jugada individual, que de no ser por la 'mala suerte' del palo se hubiera convertido en el mejor gol del torneo.
En el segundo tiempo, Corea del Sur desesperó a la MiniTri pausando el juego a cada momento y ganando faltas que frenaban el ímpetu de los ecuatorianos. El mediocampo de los sudamericanos empezaba a funcionar y las bandas generaban peligro gracias al desborde de Gonzalo Plata.
Pero a la 'MiniTri' le seguía faltando 'cabeza' fría' para que esas tantas llegadas al área tuvieran real peligro y se fabricaran oportunidades claras de gol. Lo minutos pasaban y Célico tardó hasta el 80' para meter un cambio y ganar profundidad.
Corea se sentía inferior a Ecuador, pero se aferraban a la táctica para clasificar a una histórica primera final para el fútbol de su país. La MiniTri desesperada encontró dos ocasiones de gol clara en cinco minutos. Campana mandó el balon por arriba un buen centro en la boca del área, y un gol anulado por el VAR de Porozo por un fuera de juego de Cifuente.
Pero Ecuador seguía luchando y buscando el gol que le diera vida. En la última jugada del partido, Campana cabeceó como los manuales del fútbol, y cuando parecía que el balón entraba, aparecieron los reflejos felinos del portero coreano para quedarse con la ilusión de los ecuatorianos.
El final llegó y el dolor de la derrota apareció en el rostro de los jugadores que no pudieron ocultar su desazón. Las lágrimas de un grupo de jóvenes futbolistas que nos llenaron de orgullo fue la postal de una 'Generación de Oro' que tendrá su último episodio el viernes ante Italia, para llevarse aún una histórica medalla de bronce para el país.