E
l partido más esperado del regreso de la Bundesliga fue una delicia para los espectadores amantes de la táctica, pero decepcionante para aquellos que gustan más de las emociones y la pasión. El Dortmund no pudo tener a su aliado, el jugador número 12, que habitualmente tiene en el Signal Iduna Park donde llevaba toda la temporada invicto en todas las competiciones.
Como viene siendo una tendencia casi infalible la localía no pesa en los partidos sin público en la Bundesliga, y el Bayern jugó un partido bastante cómodo en un sitio hostil para ellos en las últimas temporadas, y en esta misma cuando perdieron la Supercopa de Alemania en agosto con una contundente derrota.
El mundo entero estaba pendiente de este partido clave que definiría si el Dortmund seguía hasta el último a carrera por el título o el Bayern daba el 'golpe' categórico y dejaba casi sentenciada una Bundesliga que la ha ganado 7 veces seguidas.
El Dortmund comenzó con pie derecho proponiendo el juego vertical y ofensivo de siempre, pero no supo llevar esa constancia más allá del minuto 30 cuando el Bayern empezó a dominar a su antojo el juego a base de jerarquía y de precisión táctica.
Los de Favre veían como el habitual circuito de juego por las bandas era frenado por la disposición táctica de Flick quien preparó un plan especial para detener los avances de Hakimi o Guerreiro. Mientras el Bayern tomaba el control del partido llegó el gol antes del primer tiempo con una genialidad de Joshua Kimmich que la picó desde fuera del área a un descolocado Bürki que pecó de confiado y no pudo sacar la pelota.
Los amarillos hicieron dos cambios al inicio de la segunda parte, pero a decir verdad, el remedio fue peor que la enfermedad. Sancho y Can entraron desconectados al partido siendo nulos en el juego del equipo. Flick tenía dominado el partido y no se veía rebeldía en el Dortmund para sacar el partido adelante.
Si el partido ya era complicado por naturaleza para el Dortmund, un penal birlado sería sencillamente lapidario. Haaland se encontró un balón en el área en la única jugada de peligro que tuvo el BVB en la segunda parte, y en su dispar Boateng que estaba en el suelo lo desvío.
Nadie reclamó penal, ni el propio Haaland que estaba a centímetros de la acción, pero en la repetición de la jugada se vio claramente que Boateng extendió el brazo para bloquear el tiro. En la desesperación por jugar rápido el Dortmund no dio tiempo a que el VAR revise la jugada y no pueda advertir al juez de que había penal.
Las ilusiones por al menos igualar se desvanecían con los minutos y el Bayern sentía un dominio abrumador reflejo de lo que viene haciendo desde hace 8 años con un campeonato que nadie es capaz de quitarlo. Lewandowski y Gortetzka tuvieron para sentenciar, pero no lo hicieron y el Der Klassiker finalizó con un impávido centro mal hecho de Götze quien ya se ve fuera del equipo.
El triunfo aleja al Bayern a 7 puntos del Dortmund con apenas 6 partidos por delante. Aunque en teoría los bávaros tienen un calendario más difícil que su escolta, la fiabilidad de los dirigidos de Flick crece con los partidos y será difícil que se les vaya de las manos esta Bundesliga; aunque en el fútbol todo puede pasar...
