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uy pocas veces en el fútbol moderno se recuerda a grandes jugadores que hayan decidido 'colgar las botas' a temprana edad, o antes de cumplir los 30 años. Lo que está claro es que cada futbolista es un mundo distinto, y las circunstancias pueden cambiar de un momento a otro incluso cuando la cima llega antes de lo esperado.
André Schürrle fue uno de los futbolistas más prometedores de la última década con sus apariciones en Bundesliga con el Mainz y el Bayer Leverkusen. El jugador fue sensación varias temporadas gracias a sus grandes cualidades físicas y su tremenda pegada desde fuera del área con ambas piernas, convirtiéndolo en un jugador impredecible y peligroso en todo momento.
Sus mejores años en el Bayer Leverkusen lo llevaron a fichar por el Chelsea en el 2013 donde coincidió con José Mourinho, quien le dio la oportunidad de ser titular en la mayoría de partidos de esa temporada, incluso siendo considerado por delante de jugadores que hoy son estrellas mundiales como Kevin De Bruyne o Mohammed Salah.
Al finalizar esa temporada llegó el Mundial de Brasil 2014, la competición que marcó su punto más alto y posterior descenso de la prometedora carrera del entonces jovencísimo atacante alemán. Schürrle entró a la lista de 23 convocados y en el torneo poco a poco se ganó el puesto de jugador '12' en el equipo. El nacido en Ludwigshafen se consolidó siempre como el primer cambio para Joachim Low y fue clave desde ese rol, principalmente en la recta final de la Copa.
André Schürrle marcó el primer gol de la victoria ajustada en tiempo extra de Alemania a Argelia en los octavos de final, fue lapidario con dos goles en la semifinal del 1-7 a Brasil, y dio la asistencia del gol que consagró campeón del mundo a la Mannshcaft después de 24 años. El alemán tenía 23 años en ese entonces y se sentía en el techo de su carrera, pero pocos imaginarían la drástica caída de ese joven 'rubio' que la 'rompía' en todo el sentido de la palabra .

Poco después de consagrarse campeón del mundo con Alemania siendo clave en la fase final del torneo, Schürrle se encontraba concentrado con la selección de Alemania para los partidos de clasificación a la Eurocopa 2016, cuando en una cena comió un pedazo de pollo que lo marcaría de por vida. El futbolista comenzó a sentirse mal y posteriormente no pudo formar parte ni de los partidos con el Chelsea, ni con la selección de Alemania.
En una entrevista dada al diario Daily Mail de Inglaterra en el 2018, Schürrle reveló que tuvo salmonella por comer ese pedazo de pollo y que bajó cinco kilos repentinamente, un hecho que lo marcó para el resto de la temporada donde no podía rendir a su nivel al "sentirse débil" durante meses, como él mismo admitió en esa entrevista. De hecho, el ya ex jugador admitió que desde ese episodio se convirtió en vegetariano, pero eso sería solo el comienzo de un calvario que el mismo André confiesa en su carta de despedida al fútbol profesional.

Mourinho no le dio oportunidad de redimirse en el Chelsea y lo llevaron al Wolfsburgo a mitad de temporada donde intentó volver a su nivel, pero seguía mostrando un desempeño más irregular de lo común. De todas formas cerró la temporada 2014-2015 recibiendo la medalla de campeón de la Premier League por haber jugado en el inicio de la competición con los 'blues'.
En el equipo alemán dejó breves destellos de ese jugador que prometía bastante, y a pesar de que no hizo una temporada notable en el equipo, fue convocado a la Eurocopa 2016 en la que no tendría casi minutos. En ese mismo verano, la directiva del Borussia Dortmund anunció para sorpresa de todos el fichaje de Schürrle por 30 millones de euros, convirtiéndose en el jugador más caro de la historia del club hasta ese momento.

La hinchada del Dortmund se mostró contrariada por el precio del fichaje de un jugador que claramente estaba en decadencia. Y como era de esperar, en la Cuenca del Ruhr no aportó demasiado, apenas 8 goles en 51 partidos y sensaciones malas sobre el campo cada vez que jugaba en el Signal Iduna Park. Nunca se pudo ganar a la hinchada, a pesar de ese 'golazo' que le marcó al Real Madrid en Champions, y dos temporadas después fue cedido al Fulham en busca de minutos.
En el equipo inglés, el enemigo de barrio del Chelsea, fue titular los primeros partidos y después se fue desinflando a consecuencia de las constantes lesiones, aunque no graves, que sufría y lo lastraba desde Dortmund. En el Fulham quizás vio que su nivel ya no era lo mismo y que el Schürrle promesa de años anteriores era cosa del pasado. En total, marcó 6 goles en 24 partidos en la Premier League y no pudo evitar el descenso del club.
El Dortmund lo volvió a prestar y se fue al Spartak de Moscú para volver a recuperar sensaciones y sentirse futbolista. Schürrle llegó con el cartel de campeón del mundo pero los problemas físicos lo lastraron emocionalmente, hasta el punto que llegó a admitir que lo pasaba mal. “Tienes que cumplir ciertas normas para sobrevivir en el sector, si no pierdes tu trabajo y no lo recuperas. La vulnerabilidad y la debilidad no existen“, se sinceró en un podcast.
Lejos de los terrenos de juego por una lesión de tobillo que no lo terminaba de superar, Schürrle había declarado en febrero que pensaba en el retiro a pesar de haber cumplido apenas 29 años. “No necesito más aplausos“, dijo el futbolista en esta ocasión resaltando que “los momentos bajos se convirtieron en más bajos y los altos cada vez son más escasos“, por lo que su ilusión por seguir jugando al fútbol se difuminaba.

La retirada parecía inminente, y la ex promesa del fútbol alemán y uno de los héroes del equipo campeón del mundo terminó diciendo adiós, aprovechando que el Borussia Dortmund anunció la rescisión del contrato que tenían vigente hasta el 2021. "Llevo tiempo madurando esta decisión“, dijo al diario Der Spiegel agregando los buenos momentos que tuvo en su carrera al inicio y su consagración en Río de Janeiro, con la copa que todo el mundo quiere y solo muy pocos lo consiguen.
André Schürrle pone punto final a una carrera que parecía brillante y que demuestra la fragilidad de los deportistas en un mundo cada vez más competitivo y meticuloso como el fútbol. El alemán podrá disfrutar en lo que venga de su vida junto a su familia y recordar los sueños que cumplió en el camino.El mundo del fútbol siempre recordará esa 'cabalgada' en la final del mundo ante Argentina y el pase gol que le dio a Götze para pasar a la historia.