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o es fácil para un futbolista tan joven y con toda una carrera por delante enterarse que no podrá volver a jugar fútbol, ni siquiera de forma aficionada, en lo que resta de su vida. Joao Paredes llora de vez en cuando tras verse obligado a retirarse de las canchas por una arritmia cardíaca y una fibrosis pulmonar.
Cuatro especialistas dieron el diagnóstico final que mantuvo en vilo al ex futbolista de 21 años. Joao Paredes ahora tiene otras preocupaciones que pasan por mantener a su hijo de 4 meses que vive en Esmeraldas. El primogénito del ex jugador depende económicamente de su persona por lo que está buscando los medios para financiarse económicamente, al menos para los próximos dos meses.
Patricia Torres, representante de Paredes, ha acompañado al jugador en estos momentos difíciles. Según revela El Comercio, ella ha pagado los viajes entre Quito, Manta, Guayaquil y Pelileo para los exámenes médicos. Además, ella encabeza algunas actividades con el fin de conseguir ingresos para el jugador.
“Estamos trabajando en estos eventos para que Joao tenga algo de actividad. Para él fue un golpe duro dejar de la noche a la mañana el fútbol. Voy a ponerle un psicólogo”, dijo la agente que acompaña al jugador desde su etapa en Técnico Univeristario.
El Comercio revela que el ex jugador recibía un sueldo de USD 2500 mensuales en Delfín, club donde militó la pasada temporada y que incluso fue titular.
Pese a la repentina noticia, Joao Paredes recuerda que en Manta ya empezaba sentir síntomas de su enfermedad, aunque consideró no darle mucha importancia. “Sentía que mi respiración era fuerte. Pensaba que era normal y que si trabajaba más en resistencia se me iba a quitar. Después me enteré, gracias a Liga de Quito, que no era normal y que debo dejar el fútbol”, manifestó.
Cuando se llegó a un acuerdo con Liga de Quito, Paredes fue sometido a un electrocardiograma por primera vez en su vida. “Todos los médicos confirmaron que tenía una arritmia y una fibrosis. En Guayaquil me dijeron lo mismo. Los de la AFE también me llevaron a un médico y fue igual”, acotó el ex delantero.
El Delfín SC no tenía los recursos para hacer este tipo de exámenes al jugador, pero el cuerpo técnico del club 'cetáceo' ya sospechaba que algo iba mal con Paredes. “Veíamos que Joao corría a velocidad, pero cuando llegaba a la meta era como que se le acababa la gasolina. Su respiración nos preocupaba. No era normal”, dijo Marcos Conenna, ex preparador físico de Delfín.
Joao Paredes ahora busca salir adelante y quiere retomar sus estudios para acabar la primaria (llegó hasta quinto grado) para así estar vinculado con el fútbol en un futuro. El ex delantero también quiere ponerse un restaurante en Pelileo donde tiene una casa. Varios jugadores como Máximo Banguera, Hernán Barcos, Carlos Garcés o Marcos Mondaini han subastado sus camisetas para donar ese dinero al retirado futbolista.
