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o hay partido en el fútbol ecuatoriano en este 2020 que sea más atractivo que Independiente del Valle vs Liga de Quito. Los dos únicos clubes ganadores de torneos internacionales y primero y segundo en la tabla de posiciones en la segunda etapa, se desafiaban en el Olímpico Atahualpa en un partido lleno de condimentos.
En la previa se conocía que los 'rayados' iban a disputar este importante partido mermado con bajas por culpa del Covid-19. La defensa y principalmente el ataque del club tuvieron ausencias importantes que afectaron al desenvolvimiento natural que tiene el equipo.
Liga por su parte también contaba con algunas condiciones, no en cuanto a bajas, pero sí en cuanto a cansancio. Pero el partido no estaba para excusas sino para emociones y eso fue lo que menos faltó entre los dos mejores equipos del fútbol ecuatoriano en lo que va del año.
La pizarra de Repetto parecía imponerse a las ideas de Ramírez y Liga se plantó mejor en la cancha durante los primeros 30 minutos. Los locales quisieron controlar el partido manteniendo la pelota en los pies pero las bajas ofensivas hicieron que no haya profundidad adelante.
Los 'albos' eran mejores y en esa solidez que mostró en todas sus líneas hace que la 'fiera' de Cristhian Martínez Borja se suelte y empiece a hacer de las suyas en el área. El colombiano demostró que lo suyo no es únicamente una buena racha, y en una gran jugada individual burló a Moisés Caicedo y a los dos centrales de IDV para definir con sutileza con zurda ante la impotencia de Pinos, un golazo en toda regla.

Liga era justo ganador e IDV no podía conectar como quería su juego por más que Moisés Caicedo lo intentaba agarrando el balón desde su área y distribuyéndolo a todo su equipo. En el mejor momento de Liga llegó una acción que cambió el partido. Ezequiel Piovi no midió su vehemencia y soltó un manotazo en la cara a un rival para terminar siendo expulsado, y con justa razón.
Como era lógico, Independiente del Valle empezó a ganar más terreno con la expulsión, pero la solidez de Liga hacía que ninguna de las acciones ofensivas tuviera peligro. El segundo tiempo arrancó con la misma dinámico, salvo que Moisés Caicedo empezaba a tener más lucidez en su juego y eso era ya un síntoma de lo que se vendría después.
Liga por momentos no notaba que estaba con un jugador menos, y los minutos trascendían sin que su victoria corriera peligro. En una jugada aislada, los 'albos' rascaron un penal que el propio Martínez Borja se encargaría de ejecutarlo a la perfección.
Los tres puntos parecían estar asegurados para Liga con todo el partido adelante a su favor, a pesar de contar con uno menos. Lo que más ha mostrado el equipo de Repetto es esa fiabilidad para mantener resultados, y todo indicaba que así iba a terminar el partido.
Pero esto es fútbol y todo puede pasar incluso cuando hay apenas 15 minutos en juego para remontar dos goles en contra. La fe de Moisés Caicedo fue clave para levantar al equipo. El 'jovencito' de 18 años demostró que es un jugador diferente atreviéndose a patear desde fuera del área cuando nadie se lo imaginaba, y ese tiro tuvo un desvío que terminó incrustando el balón en el área. Independiente empezaba a creer y Ramírez ordenaba que todos fuera al ataque.
Como campeones los del Valle fueron a matar o morir sabiendo que el riesgo era máximo pero no había de otra. 'Moi' seguía generando fútbol al equipo que encontró una pista en la banda izquierda de Liga hacia el centro, y así llegó el empate de Faravelli con un disparo precioso que se fue al ángulo.
Liga no podía creer lo que le estaba sucediendo, sus fortalezas de repente se convirtieron en debilidades y en un puñado de minutos dejó diluir una victoria que parecía asegurada. Pero lo mejor estaba por llegar e Independiente consiguió un penal para concretar la remontada.
Como si fuera fruto del azar, Jacob Murillo se enfrentaba a la posibilidad de marcar el tanto de la victoria desde el punto penal y concretar un triunfo de esos que nunca se olvida. Al ex Liga no le temblaron las piernas y venció al 'especialista' Gabba para desatar la euforia en un equipo que no se cansa de hacer historia. Nunca hay que dejar de creer, nunca....